CASILLA Y POBRERA

Pobres y Pobrera
"Pobres de solemnidad".
Los pobres de solemnidad eran vecino que vivían en los pueblos, sobrevivían de la caridad del resto de los vecinos. Según el Catastro del Marques de la Ensenada, en el año de 1753, en la villa de Morón y su arrabal de Señuela de los cien vecinos en que se incluyen diez y seis viudas que componen ocho vecinos y otros cuatro vecinos en las dos ermitas y en dos molinos, había dos pobres de solemnidad.

"Pobres Transeúntes".
Los pobres transeúntes eran mendigos que venían al pueblo y vivían de pedir limosna, eran pobres de paso, pobres que permanecían un día en el pueblo y continuaban su camino. En Señuela eran los vecinos a reo, los encargados de proporcionar a estos mendigos comida y alojamiento en sus casas. El alguacil era el encargado de llevar el control del vecino que por turno le tocaba asistir a estos pobres. Al vecino que le tocaba les daba la manutención y el alojamiento. Normalmente se administraba la pobreza, mendrugos de pan y patatas para cenar y desayunar; alojamiento en los pajares o en la cuadra, a veces se les proporcionaban mantas para dormir y al día siguiente proseguían su camino.
Para solucionar se construyó en el pueblo, una pobrera. Era de piedra con chimenea para poder combatir con el fuego los rigores climatológicos, tenía un catre de paja poder hacer más llevadero el descanso. Los pobres pedían limosna por las casas. El ayuntamiento era el encargado de su mantenimiento y de proveer de limosna a los mendigos. A Señuela se le conocía como Matapobres porque desde que se divisaba hasta que se llegaba... Como anécdota curiosa podemos narrar la muerte de un mendigo producida en el pueblo y su entierro en el cementerio católico. La Asociación Sociocultural de Señuela con el fin de conservarla, ha realizado en 2009 obras de albañilería, se hizo el tejado.


La Casilla
Es estrecha y larga, con bancos a los lados, se celebraba el baile en las fiestas. Antiguamente pertenecía al Ayuntamiento, hoy en día es de propiedad privada. Era el lugar donde se representaban comedias. A veces venían a proyectar cine, los vecinos que querían asistir, llevaban su silla y pagaban su entrada. Los hermanos de Señuela, Toribio y Luis Rodríguez tenían una máquina de proyectar, y ponían cine gratis para los vecinos. Si venían titiriteros, daban la vuelta por el pueblo anunciando la función, y hacían su representación pagada. Como curiosidad: "una vez vinieron unos que traían un oso que se movía al ritmo del tambor."


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